domingo, 15 de noviembre de 2009

Datos Generales


El oso polar u oso blanco (Ursus maritimus, antes Thalarctos maritimus)[1] es un gran mamífero del orden Carnivora, familia Ursidae. Rivaliza con su pariente, el oso Kodiak (Ursus arctos middendorffi), por el título de carnívoro terrestre más grande de la Tierra. Vive en el medio polar y zonas heladas del Hemisferio Norte.

Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Orden: Carnivora
Suborden: Caniformia
Familia: Ursidae
Subfamilia: Ursinae
Género: Ursus
Especie: U. maritimus

Alimentación

El oso polar, rey del ártico, se alimenta de todos los animales árticos excepto zorros y lobos. A pesar de todo sus favoritas son las crías de focas y renos (que son mucho más escasos que los primeros) y llegan a comer unos 30 kilos de comida al día, y los cachorros 1 kilo. Los osos no toman agua, ya que en su ambiente es salada y ácida. Sacan los fluidos que necesitan de la sangre de sus presas. Tambien se ha descubierto recientemente que pueden llegar a ser caníbales, en especial los machos, ya que si sufren demasiada hambre, no tienen problemas en comerse a otros osos en especial jóvenes o muertos generalmente.

Reproducción


El período de apareamiento es entre abril y mayo, pero los óvulos no se fertilizan y comienzan a desarrollar hasta septiembre aproximadamente, en lo que se conoce como implantación diferida. Durante este tiempo, la hembra trata de almacenar la mayor cantidad de grasa posible.

Sólo las hembras preñadas buscan refugio durante el invierno (aunque no hibernan), dando a luz una o dos crías durante el invierno en un refugio excavado en el hielo. El resto de los individuos siguen siendo activos a pesar de la oscuridad y frío extremo que reinan en el ambiente y vagabundean a la búsqueda de comida sobre la plataforma helada. Las madres no comen nada durante este periodo, sino que viven de la grasa que han acumulado en su cuerpo durante el invierno, mientras que los cachorros se alimentan de la leche materna. Esto ocasiona en las madres una fuerte pérdida de peso, que deben recuperar durante el verano.

Las crías nacen en octubre, tras una gestación sorprendentemente corta. Al nacer miden apenas 30 cm de altura y pesan 700 g, no tienen ningún diente, son ciegas, y totalmente desvalidas. En el curso de 5 meses crecen rápidamente, de tal manera que al inicio del verano pueden seguir perfectamente a la madre (ésta está extraordinariamente flaca y hambrienta tras el ayuno, en el que puede perder la mitad de su peso inicial). Pasan otros 5 meses junto a ella, aprendiendo a localizar comida y a resguardarse de los machos adultos, que en ocasiones matan y comen oseznos. Algunos llegan a convivir con su madre hasta los dos o - dos años y medio de edad. Maduran sexualmente entre los 3 y los 4 años, y pueden vivir un máximo de 30.

Descripción Física


Presenta un perfil más alargado que el de otros osos y las patas más desarrolladas, tanto para caminar como para nadar largas distancias. Las orejas y la cola son muy reducidas, para mantener mejor el calor corporal, al igual que en muchos otros mamíferos árticos.

En esto también colaboran una gruesa capa de grasa subcutánea y un denso pelaje, que en realidad no es blanco, sino translúcido, formado por miles de pelos huecos (que al estar llenos de aire, son un buen aislante térmico). Bajo el pelaje se encuentra la piel, que es negra para atraer mejor la radiación solar y aumentar así el calor corporal. La luz ordinaria se refleja sobre el pelaje, generando normalmente la falsa sensación de blancura.

Los machos adultos miden de 2.5 a 3.0 metros (de 8 a 10 pies) y pesan entre 250 y 600 kilogramos (de 550 a 1,320 libras), aunque pueden llegar a pesar 800 kilogramos (1,700 libras) Las hembras adultas son más pequeñas, ya que miden de 1.8 a 2.5 metros (de 6 a 8 pies) y pesan de 100 a 300 kilogramos (de 200 a 660 libras) Los oseznos pesan al nacer alrededor de 600 gramos (1.3 libras) y miden alrededor de 30 centímetros (12 pulgadas) de largo.

Amenazas


Tradicionalmente, los osos polares fueron cazados por los esquimales y otros pueblos árticos, tanto por su carne como (especialmente) por su hígado lleno de vitaminas. Los colonos europeos comenzaron a matarlos también por deporte y para evitar sus incursiones en los poblados, donde podían robar comida o atacar a los animales domésticos. En raras ocasiones se dieron ataques contra humanos, aunque la gran mayoría de éstos fue obra de animales heridos previamente por los propios hombres.

El número de osos polares se ha reducido enormemente en las últimas décadas. Hasta hace algunos años, los osos polares se cazaban desde embarcaciones de motor, avionetas e incluso helicópteros. Esta caza masiva puso la especie al borde de la extinción, por lo que acabó prohibiéndose. También se ha perseguido el uso de cebos envenenados para matar a los osos.

Aparte del hombre, el único animal que puede ser peligroso para el oso polar es la morsa, si es que se acerca demasiado.

Las amenazas más modernas las constituyen la acumulación de contaminantes en el hielo y atmósfera árticos y el calentamiento que está afectando su ecosistema. Según estudios canadienses (2005) el hielo de las zonas habitadas por estos animales se está derritiendo hasta tres semanas antes que en la década de 1970, obligando al oso a retirarse a tierra firme sin haber completado sus reservas de grasa, que pierden durante el verano y el otoño en forma tan crítica que afecta la capacidad de las hembras para quedar preñadas y minan su capacidad de producir leche para alimentar a sus crías. Esto ha provocado una caída del 15% en la tasa de nacimientos.